viernes, 30 de agosto de 2013

Cuando se practica el Ho’oponopono, la divinidad toma el pensamiento doloroso lo purifica. Entonces tiene lugar algo maravilloso, no sólo la energía negativa queda neutralizada, sino que desaparece.

En su lugar queda un espacio en blanco.

Los budistas lo llaman el “Vacío”.

El último paso consiste en permitir que la Divinidad entre y llene el vacío con Luz.

Los hawaianos de antaño fueron psicólogos y psiquiatras extraordinarios que aprendieron a entrar en contacto con los vastos poderes de la Mente.

El Ho’oponopono era una parte inseparable de su filosofía de la vida y de su manera de vivir.

Ese proceso permeaba cada fibra de su existencia, de sus relaciones familiares, de sus actividades, de la educación y formación de los niños y de su relación con la naturaleza y con el cosmos.

El propósito fundamental del Ho’oponopono es descubrir la divinidad dentro de nosotros.

Mediante el Ho’oponopono es posible entablar una relación práctica con la divinidad y aprender a pedir en cada momento que nuestros errores de pensamiento, palabra y acción sean limpiados.

El resultado final es la libertad, el logro de la liberación total del pasado.




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